Particularmente, la sensación de nostalgia es estúpida y, en algunas ocasiones, se transforma rápidamente en un estornudo cristalino que no debería existir...
Plasmado, considerablemente sucio, y entablando una relación con lo dionisíaco más que con lo plutárquico, entablo una relación equidistante más cercana a una yunta de burros tirando de un carro que al cielo majestuoso de una pintura de Rembrandt -del que no puedo dar cuenta debido a la intensa oscuridad-.
Tranquilo, take it easy
el cielo
es azul
y no lo han cambiado
y como dije en otro lugar:
extrañarte es un cuchillo
afilado...
1 comentario:
Extrañarte es un cuchillo afilado...pf... qué bien resumido.
La nostalgia es así, nos llega en los peores momentos y los convierte miserablemente en una mezcla de sensaciones que a veces rozan la estupidez -como bien decís- y que a veces nos clava la culpa y el llanto.
Y se queda un largo tiempo, hasta que la olvidamos o la sacamos de un grito... pero siempre está ahí, rondando. Llega para quedarse.
Todos somos un poco nostálgicos en el fondo... algunos lo soportan mas, otros lo soportamos menos. Pero nadie carece de tal sensibilidad.
En fin... un gusto pasar por aquí.
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