Abril aúlla en la mañana desolada como si fuese un felino rapaz...

Evidentemente -deplorable como soy- ni la furiosa sesión de jazz que estoy escuchando me calma los nervios.

Toco el teclado como un piano de cola e intento que todo corra y fluya como si improvisara sin partituras.

Azabache, a lo lejos, se cierra el horizonte en una nube turbulenta que descarga con rabia.

Es tan difícil de entender como pretender que un murciélago se acueste a dormir en horizontal sobre una cama.

Me limito a limitar el limite.

Hábilmente... para que no puedan verme...

Buenas noches mucho gusto hasta mañana gracias de nada.

Plantar un libro, tener un árbol., escribir un hijo...

El anden desde donde me paro, se transformó en material...
Y sus hojas levantan vuelo...
como el bien más preciado...
el éxito de la aventura
termina donde empieza el cielo...

Eran tres o cuatro números que indicaban que ese era el lugar... reforzaban la idea para transformar sospecha en certeza...
El cielo estaba azul y esa era la novedad de la época...
Lo mejor que hice, bajo estas condiciones, es no abandonarme...

Un par de golpes en la puerta fue suficiente para que se abriera de par en par...
La salida es difícil visualizarla...

Vamos reciclando el paso de los tiempos para reactivar las sensaciones que nunca se olvidaron pero que se habían estancado... Hoy por hoy, enfocado los ojos en una estrella, se espera con calma el conjunto futuro del engranaje que no cesa su marcha... Esto se vio venir hace dos años y se concretará antes de próximos ocasos... No es el deseo de vuestro fiel servidor... es la inevitable sensación de que nada se rompe cuando el amor hace explotar los candados que nos aferran a lugares en los que ya no queremos estar...
Andaba acarreando mochilas que iba dejando tiradas para no volver a verlas...
La nada está llena de luz...

La sensación de un calambre en la sangre, a la altura de la aorta me surge indomable.
Posiblemente esté conectado hasta el resto de mi vida.
No hay mejores oportunidades que esperar incluso hasta morirme, porque después ya no habrá un después…
No me voy a cansar nunca...

La amnesia interfiere intrépida e irrespetuosa
y da vueltas y muta en antifaz
que vuelve diferente la mirada de lo que se ve
y distrae la situación confundiendo el alma noble

No avanza hasta que avance...
el miedo se corta
y nunca es tarde cuando amanece...